El sábado último por la noche en el Bajo Flores, se enfrentaron San Lorenzo, hasta ese momento puntero, y Lanús, uno de sus perseguidores. Pero además, se enfrentaron dos realidades bien diferentes a la hora de asumir una conducta deportiva, partiendo desde las decisiones políticas acerca de cómo dirigir un club de fútbol en la Argentina. El resultado final, indiscutible victoria Granate por 3 a 1, además de justo, fue un mensaje alentador para aquellos clubes que, imitando a Lanús, decidan recorrer el más esforzado de los caminos, pero a la vez el más redituable a largo plazo: la construcción de una estructura formadora y un plan de promoción y sostén de jugadores propios en primera división. El objeto de esta nota es afirmar que el triunfo de Lanús sobre el equipo de Tinelli, independientemente de la posición que ocupe cada uno al final de torneo, es la victoria de una manera mejor y más saludable de hacer las cosas.
Aun cuando San Lorenzo sorprendía al mercado de pases con incorporaciones millonarias como la de Solari y Barrientos, sumándose a un elenco que ya tenía a Bergessio, Romeo, Menseguez, Ledesma y Silvera entre otras figuras, sosteníamos en estas páginas que el futuro del club de Boedo era negro, independientemente de los títulos que pudiere obtener con tan cotizado plantel profesional. La ecuación es sencilla: siempre juegan lo futbolistas de Tinelli y nunca los valores surgidos de las divisiones inferiores de San Lorenzo, habitual animador de los torneos amateurs de AFA. Su destino es más que predecible: cuando el mediático y millonario conductor televisivo se canse de perder plata, o cuando se le termine el capricho de sacar campeón al club que dice amar profundamente, San Lorenzo será tierra arrasada. Hace varios años que no se consolidan valores propios en primera, y es sabido que en el fútbol argentino, a quien no vende jugadores no le cierran las cuentas. No es difícil imaginar entonces que quien no tenga nada para vender -ya que no forma- no podrá mantener tan fácilmente la categoría en el corto plazo. Pobre San Lorenzo, ojalá se pueda sacar de encima la nefasta dupla Savino - Tinelli, que tanto mal le va a causar.Una de los pocos aciertos que puede exhibir el último tramo de Grondona al frente de la AFA es la realización de los dos torneos cortos, con la clasificación a las Copas y el descenso decididos por promedio. De esta manera, todos juegan por algo hasta la fecha final. Y las ventajas de esta manera de disputar los Torneos se observan más nítidamente al finalizar los mismos, donde cada vez es menos frecuente presenciar una entrega de puntos por parte de alguno de los clubes que protagonizan los encuentros decisivos. Esto puede volver a ocurrir en este enloquecido Apertura 2008, en el que nadie parece asomarse como firme candidato a levantar la copa, cuando estamos a tres fechas del final. Casi sin querer, la punta quedó en manos de un pálido Boca, que con poco se impuso en Tucumán ante el débil San Martín. Su presente no promete demasiado. Enfrentará a Racing en la Bombonera, luego visitará al necesitado Gimnasia, que viene en levantada, y cerrará su participación recibiendo en la Boca al irregular Colón. Es difícil imaginar que sume los nueve puntos, pero es Boca, y le lleva dos unidades de ventaja a Tigre y San Lorenzo, que vienen en picada, y cuatro a Lanús, que a esta altura del campeonato indudablemente es el que juega el mejor fútbol. El panorama de Tigre es complicado. Su opaco rendimiento en La Plata, donde cayó sin atenuantes ante el Pincha por 3 a 1, lo alejó de la punta, y a su gente, del optimismo. Pero enfrentará a River y Banfield en Victoria, es de esperar que no intenten oponer poca resistencia para evitar que Boca o Lanús, sus respectivos enemigos, se queden con el título. El opaco presente deportivo e institucional del club de Núñez y el pasado poblado de sobornos protagonizado por el Taladro, abren un inquietante interrogante. En el medio, Tigre viajará a Rosario para enfrentar a Central, que a fuerza de no ganarle a nadie, cada día se acerca más a la cornisa del descenso. De los de arriba, el peor presente lo tiene San Lorenzo. Jugará dos de visitante; en la próxima ante su clásico rival, Huracán, y en la última ante el difícil Argentinos en La Paternal. En el medio recibirá a Independiente. Además del complicado fixture, es la pobre imagen que viene mostrando el Ciclón, que ganó apenas cinco de los últimos dieciocho puntos que disputó, lo que lo aleja de la posibilidad de coronarse. Queda Lanús, el de mejor presente, con cuatro unidades menos que el puntero, recibirá el sábado a Arsenal y en la última fecha a San Martin. Entre ambos compromisos, visitará a Vélez, su adversario más difícil. Por el rendimiento mostrado en el Bajo Flores, puede soñar tranquilamente con sumar los nueve puntos, pero no dependerá de si mismo.
En condiciones normales, el campeonato debería ser de Boca, jamás perdió un torneo siendo puntero hasta hace un par de años atrás, cuando Lanús lo batió en la Bombonera y lo mandó a desempatar con Estudiantes, que lo corría de atrás, y finalmente le arrebató el título en diciembre de 2006. Las últimas noticias que entregó este Torneo Apertura 2008 permiten soñar con cualquier utopía, está demostrado que en el fútbol argentino de hoy nadie puede garantizar resultados ni rendimientos, a lo largo de tres fechas. Y para los hinchas de Lanús, acostumbrados últimamente a las hazañas, nada está dicho aún. El sueño de lograr otro título, si bien no es sencillo, para nada es imposible. Y además, tienen la certeza de que para el próximo semestre, con un par de retoques indispensables y sin Bossio en el arco, Lanús presentará un gran equipo, que lo convierte en animador y candidato a conquistar su primera Copa Libertadores, como diría Ramón, no es poca cosa
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